Los Cinco Ritos Tibetanos es un sistema yogui de posturas y ejercicios altamente energizantes que se originaron en los Himalayas. Hace dos mil años, los monjes Tibetanos sostuvieron que el proceso de envejecimiento podía ser revertido. Ellos desarrollaron los 5 Ritos, basado en 21 de ejercicios yoga. Son así una secuencia bastante completa para el equilibrio del cuerpo con la diferencia que nos lleva entre 10-20 minutos en realizarla cada día.
El cuerpo esta compuesto por siete centros principales de energía, los chakras. Estos centros de energía, conocidos por la mística oriental, se corresponden con nuestras siete glándulas endocrinas. Ellas son responsables en producir las hormonas que regulan todas las funciones de nuestro organismo. Y investigaciones médicas han revelado recientemente que incluso el proceso de envejecimiento está regulado por hormonas.
Los Cinco Ritos Tibetanos pueden normalizar los desequilibrios hormonales presentes en el cuerpo, y por lo tanto poseen la llave de la juventud, salud y vitalidad duraderas.
Debemos comenzar con 3 repeticiones diarias, durante la primera semana, y aumentar el número de repeticiones para 5 por día la próxima semana, luego 7 repeticiones por día, así hasta alcanzar 21 repeticiones en total por día. Los Ritos se podrán realizar en cualquier momento. No es necesario efectuar los movimientos más de 21 veces, salvo que usted se sienta realmente motivado a hacerlo.
Empezamos el movimiento de pie, en Tadasana, piernas firmes y coxis encajado. Extendemos los brazos hacia los lados del cuerpo (en cruz), de forma que queden en posición horizontal respecto al suelo. Luego vamos girar todo el cuerpo, de izquierda a derecha, en el mismo sentido que las agujas de un reloj. Los pies deben girar dentro de una superficie pequeña, sin caminar para los lados.
Un truco interesante para mejorar la sensación de falta de equilibrio es hacer lo que hacen bailarines para evitar el mareo: antes de empezar el primer giro, fijamos un punto de mirada. Cuando empecemos a hacer el giro, continuamos con la vista fija en ese punto mientras sea posible. Luego tendemos que perderlo de vista, para que la cabeza pueda girar con el resto del cuerpo. Hacemos girar la cabeza muy rápido y volvemos a enfocar el mismo punto.
Luego levantamos la cabeza, apretamos la barbilla contra el pecho y levantamos las piernas sin flexionar las rodillas hasta alcanzar 90 grados. Caso tengamos mucha flexibilidad podemos dejar que las piernas se acerquen más a la cabeza, pero no debemos doblar las rodillas para acercar las las piernas.
Entonces bajamos lentamente la cabeza y las piernas sin doblar las rodillas, hasta tocar el suelo. Dejamos que todos los músculos se relajen, y luego repetimos el rito.
Es importante mantener un ritmo de respiración. Inspiramos profundamente mientras levantamos la cabeza y piernas. Expiramos todo el aire mientras bajamos. Con la practica iremos trabajando también la respiración. La respiración profunda es la más beneficiosa, así que tomaremos todo el aire que permitan nuestros pulmones.
Entonces inclinamos la cabeza y el cuello hacia delante, apretando la barbilla contra el pecho y miramos hacia abajo. Luego inclinamos la cabeza, el cuello y la columna hacia atrás, mirando hacia arriba, manteniendo siempre las manos sobre los muslos. Después volveremos a la posición original y comenzaremos el ejercicio nuevamente.
También buscaremos mantener un ritmo de respiración: expiramos cuando miramos hacia abajo e inspiramos cuando miremos hacia arriba.
Luego levantamos el cuerpo de manera que las rodillas se doblen mientras los brazos permanecen rectos y echamos la cabeza hacia atrás. El torso quedará en línea recta con los muslos formando un plano horizontal con respecto al suelo. Los brazos y las piernas se mantendrán rectos, perpendiculares al suelo. Tonificamos todos los músculos del cuerpo.
Relajaremos los músculos mientras volvemos a la posición original y repetimos el rito.
Una vez más, la respiración es muy importante: inspiramos profundamente mientras levantamos el cuerpo, contenemos mientras tensamos los músculos y expiramos completamente mientras bajamos.
Después flexionamos el cuerpo a la altura de las caderas y lo colocamos en Urdhva Mukha (el perro mirando para abajo), en forma de V invertida. Al mismo tiempo, miramos hacia abajo y relajamos el cuello.
Volvemos a la posición inicial y repetimos el ejercicio.
Seguimos aplicando el mismo patrón de respiración. Inspiramos profundamente mientras miramos hacia arriba y levantamos el cuerpo y expiramos totalmente mientras miramos hacia abajo y subimos nuestros glúteos.
¡Espero que les gusten la practica! Cualquier duda estaré encantada en ayudarles.
Sonrisas alegres,
Renata Ferrari.
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